Mantenernos sanos y activos va a mejorar nuestro estado de salud tanto física como psicológicamente, y a veces no supone realizar actividades que requieren un gran esfuerzo, si no que son pequeñas cosas que pueden formar parte de nuestros hábitos diarios como por ejemplo:
- Comer bien: llevar una dieta equilibrada que se ajuste a nuestras necesidades, influirá directamente en el funcionamiento de nuestro cuerpo, del cerebro y en el sistema inmunológico.
- No automedicarse: todos los medicamentos y períodos de tratamiento deben ser supervisados por nuestro médico. La automedicación y dejar un tratamiento sin la supervisión médica supone un alto riesgo directo para la salud.
- Ir al médico periódicamente: los chequeos médicos con cierta frecuencia van a prevenir la aparición de enfermedades y a favorecer la detección precoz de las mismas.
- Apoyo social: el contacto con la familia, los cuidadores, los amigos, los compañeros del trabajo… etc, son fundamentales para un buen estado anímico. Además existen asociaciones, instituciones y organizaciones donde se organizan actividades y se proporciona ayuda.
- Ayuda profesional: cuando nos atascamos en la resolución de un problema o nos desborda una situación personal, es saludable solicitar ayuda profesional.
- Actividad física: practicar ejercicio mejora nuestro estado de salud en distintos ámbitos: nos ayuda a ser más conscientes de nuestras capacidades, mejora la circulación, aumenta el desarrollo de la musculatura, la coordinación y el equilibrio, nos ayuda a controlar nuestro peso, a ser más autónomos y a socializar.
Fuente: https://www.sunrisemedical.es/blog/7-habitos-saludables-para-personas-en-silla-de-ruedas